jueves, 30 de diciembre de 2010

Capítulo dos.

Se puso el delantal con el logo de Baticrazy! en el, se intentó peinar el cabello con los dedos, y sacó su mejor sonrisa.
-¡Charly, ya estoy aquí!-le informó a su jefe que estaba contando el dinero que había en la caja del mostrador. Charly es un hombre relativamente joven, de unos treinta años, tiene el cabello rubio y con unos suaves rizos. El jefe se da la vuelta y sonríe a la jovencita que atiende por las tardes.
-¿Qué tal el instituto?
-Bah, aburrido, como siempre.
-¿Cómo están Ruth y Hugo?
-Igual que el viernes-respondió ella colocándose el cabello castaño detrás de la oreja. Se acerca a la máquina del chocolate y se hace un batido, como cada tarde.
-Bueno, esto ya está, Cassy, mañana nos vemos.
-Hasta luego, Charly.
Cassandra se quedó sola, como cada tarde hasta las cuatro, cuando Ruth o Hugo se acercaban a verla, a veces, incluso iban los dos. Ese lunes por la tarde se presentaba bastante aburrido, así que decidió empezar con sus deberes. Además, también tenía que preparar el examen de matemáticas, resopló al recordarlo. Se centró en repasar los ejercicios que habían hecho en clase. Una sombra le tapó la luz.
-¿Hola?-preguntó la voz de un chico. Cassandra levantó la vista de su cuaderno y se puso en pie, con una gran sonrisa. Era un cliente-¿Está abierto?
-¡Claro!-respondió ella-¿Qué desea?
-Mmm…-El chico se quedó pensativo, mirando el cartel de la pared, donde ponía todos las cosas que servíamos-¿Qué me recomiendas?
Cassandra levantó su taza con el chocolate aún humeante.
-Mi preferido es el de chocolate con caramelo y nata, si le añade un poquito de vainilla o canela está estupendo.
El chico sonrió, y asintió. Él debía de tener más o menos la edad de Cassandra. Ella preparó el pedido, y le dio el batido al muchacho, él lo pagó. Cassy le tendió las vueltas, y el chico le guiñó un ojo antes de coger el dinero. Ella se puso colorada.
-Hasta luego-dijo él mientras se daba la vuelta, ella se quedó un segundo mirando hacia dónde se dirigía. Estos chicos… pensó moviendo la cabeza, pero sin dejar de sonreír. Se volvió a concentrar en el examen que tenía el miércoles. Una campana empezó a sonar por detrás del puesto de batidos. Cassandra se levantó, y salió de allí, para poder ver qué estaba pasando. Pudo ver a Papá Noel seguido por una larga fila de niños y niñas pequeños. Un poco más atrás estaban los padres. Se cruzó de brazos, mirando como los niños gritaban y estiraban de la ropa del pobre que hacía de Papá Noel. Cassy entró otra vez. Se sentó e intentó concentrarse, pero el ruido que hacían los niños era demasiado fuerte como para poder abstraerse le suficiente para poder hacer las integrales que tenía delante, frunció el ceño, preocupada por el tiempo que podría durar aquella actividad en el centro comercial. Papá Noel estuvo entreteniendo a los niños con juegos. Cassandra atendió a un par de personas. Miró el reloj, aburrida. Ruth y Hugo llegaban tarde. Sacó su móvil para comprobar que no tenía ninguna llamada perdida. Ellos nunca habían hecho eso, siempre le avisaban cuando no podían ir a hacerle compañía. Además, Ruth le había jurado y perjurado que la ayudaría con las mates, a ella se le daban genial, y necesitaba un poco de ayuda con esas integrales que se le estaban resistiendo más de lo normal. Dejó el móvil encima de su libreta, y volvió a centrar su mirada en el chico del traje de Papá Noel. En esos momentos tenía a un niño encima de su hombro y le daba vueltas, el chiquillo no paraba de reírse. Cassy sonrió sin pensárselo dos veces.

2 comentarios:

  1. Leer tu historia me da ganas de tomarme un batido jajaja
    publica pronto! y si te apetece puedes pasarte por mi blog, también es una historia^^
    siestasconmigo.blogspot.com

    un besazo<3

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  2. Jajaja, lo sé, a mi me pasa al escribirla ^^
    La verdad es que la idea salió de los batidos que me hace mi madre para merendar xD
    Me he pasado y he empezado a leerla, en cuanto pueda te dejo algún comentario.
    Un besito :)

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