jueves, 30 de diciembre de 2010

Capítulo uno.

Miró otra vez la comida que le acababa de servir el camarero. Puso los ojos en blanco. No quiso decir nada, eso le pasaba por llegar tarde. Su padre le estaba observando.
-¿Entonces?
-¿Entonces, qué?-preguntó él llevándose un tenedor con un par de champiñones a la boca. Masticó rápido, sin saborear. Su padre sabe perfectamente que no le gustan. Y no es la primera vez que se lo hace. Traga poniendo cara de asco, y su padre sonríe.
-¿Vas a aceptar de una vez el puesto que te he ofrecido?
-¿Cómo manitas en tu súper centro comercial?-preguntó él levantando las cejas, mientras le miraba a los ojos, pensando, otra vez, que aquello era una broma.
-Claro hijo, tendrás que hacer algo en esta vida…
-Estoy estudiando.
-Pero no la carrera que deberías, ¿qué vas a hacer con periodismo?
-¿Entrar en una revista o quizá una televisión?-preguntó con tono irónico, a ver si se daba cuenta de una vez, que su proposición era un insulto para él.
-Vas a tener las mismas opciones que alguien que no ha hecho la carrera.
Volvió a poner los ojos en blanco. El teléfono móvil de su padre sonó. Miró la pantalla y frunció el ceño, se levantó y contestó. Le hizo un gesto a su hijo para que esperara. Máximo llamó al camarero y le pidió un plato de espagueti. Con mucho, mucho queso. Después de un rato, él apareció con su plato. O el camarero se había dado mucha prisa o su padre estaba tardando más de lo que debía. Le retiraron los champiñones, y el olor que tanta angustia le producía, desapareció con ellos. Max suspiró, aliviado. Su padre se acercó, enfadado, se sentó y observó el plato de su hijo. Sonrío.
-Parece que no te han gustado los champiñones.
-No, papá-respondió él conteniendo la risa-es el segundo plato, me he quedado con hambre.
-¿Aceptas o no el trabajo?
-¿Sólo arreglar cosas?
-Bueno… también tendrías que cubrir a algunos empleados.
Máximo frunció el ceño, se lo pensó un par de minutos.
-Mi jornada de trabajo será de tarde-sentenció sin darle otra opción a su queridísimo padre.
-Está bien-respondió él, y sonrió-Gracias.
-¿Cuándo empiezo?-preguntó Max con fastidio.
-Necesito que cubras a alguien un par de tardes.
No sonó bien, y Max lo notó enseguida.
-Ajá.
-¿Sabes que se acercan las navidades…-Max asintió, esperándose lo peor-El Papá Noel me ha fallado hoy, necesito que te vistas, y entretengas a los niños un rato.
-¿Vestirme de ese hombre?-preguntó Max extrañado, su padre asintió. Parecía fácil a primera vista-¿Cuánto tiempo?
-Hasta las siete.
-Lo haré, papá.
Julio sonrió a su hijo. Él no lo entiende todavía, pero este trabajo será lo mejor que puede haberle pasado nunca.

2 comentarios:

  1. Hola!
    Me agregaste al tuenti de mi historia y decidí leerte, y la verdad es que me ha encantado el capítulo, espero leer más (ni que decir tiene que te sigo no?)
    Besos, y sigue así de bien!:)

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  2. Hola, muchas gracias ^^
    Esta noche colgaré el nuevo capítulo porque no podré hacerlo mañana, así que espero que te guste ese también.
    Gracias, un beso para ti también ^^

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